Antiguamente por las Ramblas pasaba la Riera d’en Malla, y
en lugar de asfalto había agua. Ahora el agua ya no baja, pero las olas siguen
allí. Olas de alemanes, americanos o japoneses, olas marcadas en el
característico pavimento de la calle. Podrás acabar comprando flores,
conociendo a Cristóbal Colón o dándolo todo en algún garito de la Plaza Real, y
es que en las Ramblas lo mejor es dejarse llevar por la corriente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.