23 de julio de 2014
HISTORIAS IRREALES EN LA PLAZA REAL. LICENCIA PARA MATAR
Bernardo lo tenía todo previsto. Su peine, el bañador, la bolsa de aseo, calzoncillos de sobra, bastoncillos para las orejas y la cabeza de su gestor. Y es que la gente no sabe lo duro que es ser autónomo hoy en día. Tanto papeleo, tantas facturas, tantos tickets que guardar y tantísimo IVA que declarar. El pobre Bernardo no pudo más y lo pagó con la persona que más le quería, aunque fuera por su dinero. Le cortó la cabeza y la metió en su maleta para irse de vacaciones por la ciudad, ya que con lo que le había robado el gestor no podía irse de veraneo ni a Hospitalet. No sabía qué hacer con la cabeza. Lo mejor era enterrarla en la Barceloneta. Y la maleta, directa al tinte. Que el ticket ya lo metería en la siguiente declaración.
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