14 de febrero de 2014
HISTORIAS IRREALES EN LA PLAZA REAL. EL BUTANERO
14 de Febrero. Todos sabemos lo que pasa. Salir a cenar, bombones por aquí, te quieros por allá, algún anillo en el caso de las más afortunadas y viajes a la Torre Eiffel para arrodillarse y pedir la mano (esperemos que la mano y el resto del cuerpo también). San Valentín, ese día en el que Love is in the air y en el que todo el mundo apesta a color rosa. Pero hay excepciones. Marisa y Juan eran un matrimonio mayor, que ya habían vivido todos los días de enamorados estereotipados que se pueden vivir en más de cuarenta años casados. Este año, Juan quería hacer algo distinto, así que le preguntó a su mujer cuál era su fantasía sexual. Así, a lo loco. Nunca se había a atrevido a hablarlo con ella, porque tenía miedo de que Marisa se viniese arriba y le pusiese el listón muy alto. Pero qué coño, este año Juan se sentía más joven que nunca y era capaz de hacer hasta el helicóptero. Así que se lo preguntó de sopetón, desayunando churros con chocolate. A Marisa le dio un ataque de risa nerviosa, y le contestó con un clásico: El Butanero. Juan sintió un alivio inmenso, y se puso manos a la obra. Lo organizó por todo lo alto, se compró un mono azul e incluso alquiló un auténtico camión con bombonas de butano. Llamó a la puerta y Marisa le recibió con un conjunto digno de porno chacha. Se echaron unas risas, y se echaron otras cosas también. El camión tuvo que devolverlo, pero el mono azul lo guardó bien cerquita del dormitorio, muy a mano.
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