24 de octubre de 2013

HISTORIAS IRREALES EN LA PLAZA REAL. HERMES EL SENSIBLE


¡Hay que ver qué cansinos! Que no, que si llevaba chanclas con calcetines no era porque fuera güiri. ¡Por el amor de Dios, si se llamaba Jordi Rovira! Si sus pies estaban cubiertos de calcetines 100% algodón era porque Jordi había sido en su otra vida Hermes, mensajero del Olimpo. Y de tanto volar, de tanto agitar los pies, y mover la tibia y el peroné como decía Alaska, se les había quedado en carne viva. Baños de Mercromina y alcohol puro noche tras noche, apenas le curaban nada. Y Jordi, siendo tan coqueto como es, no podía dejar que le vieran esas salchichas que tenía por pies. Así que a falta de unos Louis Vuitton, las sandalias de 2 euros del chino de abajo le venían como Betadine al dedo.

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