Hoy es domingo y estamos en La Casa esperando a que llegue Karen.
Mientras llega o no llega nos asomamos al balcón y vemos a un encantador de serpientes tocando la flauta pero no vemos ninguna serpiente. No sabemos si el morbo de ver una cobra salir de una caja o el sonido hipnótico del flauta han hecho que se acumulen un buen puñado de personas al rededor de nuestro flautista.
You got, my friend!
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