Hoy es el quinto día consecutivo que llueve en Barcelona.
El sábado amaneció bajo el chaparrón y desde entonces casi no ha parado.
Ayer incluso cayó una poderosa granizada:
No hemos podido evitar sentir cierta conexión de tanto día gris y de tanta lluvia caída del cielo con la catástrofe que está sufriendo Japón.
Casi al tiempo que allí la tierra temblaba como nunca lo había hecho y el mar se tragaba ciudades enteras, aquí el gris plomizo y la lluvia se instalaron sobre nuestras cabezas. Hasta hoy.
Estos días en La Casa algunos hemos estado pachuchos y otros así como apagados. Parafraseando una frase de Yoda, es como si la meteorología y nosotros hubiéramos sentido "una conmoción en la fuerza".
Nuestro lado tozudamente optimista nos dice que de los días grises y de las catástrofes siempre acaban floreciendo cosas buenas. Así, es admirable ver como el pueblo japonés lleva la calamidad sin pánicos ni saqueos (algo que sí ha sucedido en otros sitios del llamado primer mundo léase huracán Katrina, por ejemplo) y alimenta un rayo de esperanza pensar que cuando pase todo esto, el mundo dará un paso adelante para dejar atrás la nefasta era de la energía nuclear.
A fin de cuentas, al final siempre acaba saliendo el sol :-) :-)
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