Ha sido un año complicado. Raro raro raro.
Nada ha sido sencillo y han aparecido obstáculos de todo tipo, muchos de ellos inexplicables y desconocidos.
Es posible que incluso hayamos hecho más camino del estrictamente necesario.
Algún rodeo, algún atajo que no lo fue.
Pero llegamos al final del año más en forma que nunca, con los músculos fortalecidos y la cabeza despejada. Sin desfallecer, sin bajar el ritmo.
Por narices y porque nosotros lo valemos.
Llegamos al final del año, la meta, aunque en realidad es una simple meta volante.
Estamos lanzados, nos gustan las largas distancias y nos nos vamos a parar. ¿Ahora?
Eso sí, hoy bajaremos el ritmo, quitaremos las arrugas y el sudor de las camisetas y pondremos la mejor de nuestras sonrisas para salir guapos en las fotos.
Y todo, brindando con la copa que siempre llevamos encima para celebrar todo lo bueno.
Ha sido un gran año.
(la foto es de la meta de la carreta San Silvestre "de las narices" de Barcelona que hoy corrió Carlitos y que también por narices, tesón durante todo el año y mucha ilusión, acabó batiendo su récord personal histórico en más de dos minutos. 46:44 y olé)
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