2 de noviembre de 2009

CERDOS FELICES




Érase un día que Mar trajo una parejita de cerditos.
Sal y pimienta eran los cerditos.
Cuentan que los dos cerditos tenían un magnetismo misterioso que les hacía darse un beso al estar juntos (algunos dicen que era un imán en el hocico).
Maite, cuando les vio, dijo: "¡Qué lindos!"
Así que los dos cerditos, él y ella, ella y él, él y él o ella y ella, se quedaron sonrientes y la mar de felices.

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