By Renata
Hay veces que estando concentrada, te distrae algo que parece un destello, tan pequeño pequeño pequeño que no sabes cómo tu ojo se ha dado cuenta de su presencia. Sin avisar este se pone a buscar esa presencia fuera del foco de concentración, cómo un perro olfateando un intrigante rastro. Cuando descubre que se trata de una fibra de cuerpo minúsculo que se ha cruzado con una chispa de luz, haciendo visible su insignificante existencia, sin proponerselo consigue parar el tiempo.
Porque todo gira en su entorno, toda tu atención ahora es para ella, y hasta se puede oír a lo lejos un piano, que por cada delicado movimiento que hace la fibra, este la interpreta con una nota.
Mientras la protagonista se mece en el vacío delante tuyo haciendo piruetas, deja en el ambiente un olor a canela con tonos sepia. Y la sigues observando. Pero una expiración involuntaria la encierra en un huracán, que rompe su coreografía y la devuelve al anonimato del que salió.
La nada esta llena, de cosas pequeñas.
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