14 de octubre de 2015

HISTORIAS IRREALES EN LAS RAMBLAS. PINKY WINKY


Su piel era color rosa, pero rosa chicle azucarado. Había sido siempre el pobre Pinky Winky en el cole, como le llamaban los cabrones de sus compañeros, porque los niños cuando quieren son muy pero que muy cabrones. Durante mucho tiempo se maquillaba para intentar disimularlo, pero las chicas de las tiendas de potingues se volvían locas porque no sabían cómo tapar aquel tono rosado de cerdito campestre. Al final el pobre salía de la tienda con una cara de travesti infumable. Y encima seguía estando rosa pero con una sombrilla de ojos color nácar. No le quedó más remedio que aceptarlo y fundar el partido de Rosados Indignados, que se aliaría con el de los albinos de su barrio para presionar por los derechos de la gente con pieles sensibles. Pinky Winky For President.

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