9 de octubre de 2015

HISTORIAS IRREALES EN LAS RAMBLAS. DE TAL CHONI, TAL HIPSTER


No hay nada peor para un niño hipster que tener un padre choni. Y si encima tiene tatuado el nombre de su mujer, de su hermana, su madre o incluso de él mismo, entonces directamente ese niño se acabará colgando de la lámpara también choni de su cuarto a los dieciséis. El pobre chaval iba dejando ejemplares de Apartamento en cada mesa de su casa por si a sus padres les daba por leer algo que no fuera el ¡Hola! Les llevaba al Lost and Found, les decía que quería merendar en La Federal o en Satan's Coffee Corner, pero todos sus intentos fueron en vano. Con los años dejó de intentar hipsterizarles y terminó aceptando que la choni aunque se vista de seda, choni se queda.

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