14 de julio de 2014

HISTORIAS IRREALES EN LA PLAZA REAL. EL PENE CARPETA


El tamaño no es que importe, es que es fundamental. Fundamental para los que no lo tienen, por supuesto. Julián se quedó a medio camino entre tener un micropene y tener directamente una vagina. Se lo miraba cada cinco minutos, con la triste esperanza de que en algún momento aquello fuera como las judías mágicas y creciera estrepitosamente. Lo controlaba en medio de la calle, en el supermercado o esperando la cola del cine, y el pene que no quería, estaba tan acomodado a su minúsculo tamaño que ni siquiera se asomaba por la cremallera para coger aire. Un pene Peter Pan que desterraría a Julián de por vida al país de 'Nunca Jamás-Follarás'.

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