Sarah Jane Marie Louise Mackenzie Clyton. Podrían ser los nombres de una mujer con personalidad múltiple, pero no. Es la forma habitual con la que se bautizan en el sur de Estados Unidos. Sarah Jane nunca había querido salir de su querido Texas. Pensaba que lo mejor del mundo lo tenían en sus ranchos y en sus cocinas. Tuvo la buena o mala suerte de ganar un premio en el supermercado del pueblo: un viaje a Europa. Lo primero que pensó fue rechazarlo, pero su hija, que se había educado en otra época, tenía ganas de conocer la vida más allá de los rodeos. Así que hicieron las maletas y rezaron para que en Europa encontraran la laca con la que se suelen hacer los cardados. Se pasaron la semana en locales de comida rápida, que era lo más parecido a su hogar. Barcelona fue un salto demasiado grande para dos ‘rednecks’ de la América profunda. Tanto moderneo, vanguardia, tantas cosas desconocidas, como la depilación láser… era mucho que asimilar. Así que cuando volvieron a casa y pisaron de nuevo tierra texana, lo primero que exclamaron fue ‘¡God Bless America!’.
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