6 de febrero de 2014

HISTORIAS IRREALES EN LA PLAZA REAL. PUTA DE ULTRALUJO


Pocas personas sabían de la existencia del lupanar que había en Plaza Real. Precisamente no por ser reciente; de hecho era en 3º prostíbulo más antiguo de toda Barcelona. Hombres importantes, hombres de fortuna y reconocimiento internacional entraban ante esas altas puertas, a habitaciones de techos altos como sus propios egos, y durante una maravillosa hora y media, salían de ahí pudiendo tocar de nuevo la tierra con los pies. No era fácil descubrir cual de todas las ventanas llevaba al codiciado prostíbulo. Claro que igualmente, no todos podían permitírselo por sus altos precios. Si el cliente quería llorar locamente en el regazo de una mujer para que ésta le consolara, serían 1.000 euros. Si por el contrario, uno deseaba desvestir a la mujer e intercambiarse la ropa así como sus roles, 2.560 euros. Las camas apenas se usaban para echar siestas bajo la compañía de una mujer, siempre respetándola y sin degradar su condición femenina. A excepción del sexo, el cliente podía ordenar cualquier directriz y ésta sería cumplida. Y es que dentro del precio se incluía el silencio, ese bien intangible tan poderoso, tan asfixiante, tan delicado y fútil. Los hombres que acudían compraban silencio, excitante y morboso silencio, silencio que puede dejar de ser silencio y arruinar sus vidas. Silencio con el que se autocomplacían todas las noches pensando en el. Y es que el silencio es el grito más poderoso.

1 comentario:

  1. Me quedo loca... He pasado por ahí delante muchísimas veces... Y seré tonta, pero nunca me he dado cuenta de lo que era :S

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