24 de enero de 2014
HISTORIAS IRREALES EN LA PLAZA REAL. EL AMANTE INSTANTE
Jess, la palmera más alta del planeta era vanidosa, coqueta y presumida. Y con razón, ¡no era para menos!. No había nada ni nadie en este mundo que pudiera comparársela, a excepción de una secuoya roja llamada "General Sherman" en California, que resultaba ser el árbol más impresionante del mundo. Demasiados kilómetros de distancia a recorrer para un ser estático e inmóvil como Jess si se diera la ocasión de que se quisieran conocer. Sí, la fama era una miel muy dulce que disfrutar. Pero el flash de las cámaras, las manos de los turistas apoyándose en ella, o salir en el libro Guiness de los récords no era suficiente para una vida plena y satisfactoria. Ella quería a "eso". Así era como llamaba a su amante de instante. El único que pasaba volando sobre ella y le provocaba una sombra que alegraba sus tardes de los jueves a las 16:35 exactamente. Proviniente del este. Rumbo al oeste. Como este dulce viento que la mece suavemente. Lentamente. De este a oeste. De este, a oeste.
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