17 de diciembre de 2013

HISTORIAS IRREALES EN LA PLAZA REAL. AUN NO LO SABES PERO TE QUIERO


Lourdes nunca fue la chica más guapa de Barcelona. Ni siquiera lo fue de su barrio. Incluso en su propia casa fue superada por todas sus hermanas en belleza. La suya era una hermosura anodina, clásica, casi de los años 50's. Una belleza delicada sólo apta para paladares exigentes. A su favor, Lourdes era una chica independiente, una femme fatale, una heroína de cómic y con una personalidad fuerte como el mar. Por culpa de esta condición, se vio obligada a vivir sin amor, por culpa de hombres cobardes que se asustaban ante tal terremoto de mujer. Resultado de esta dulce condena, fueron sus frecuentes visitas al aeropuerto, donde acudía a abrazar y besar a aquellos hombres que no tenían quien les viniera a recibir. Pensó, que si nadie la echaba de menos, ella echaría de menos a sus semejantes. Quería ser esa persona en la que no pensaban esos hombres durante las horas de vuelo, durante las miradas perdidas a las nubes. Quería ser la nada. Y entre abrazos de corazones desconocidos y de sentimientos fingidos, consiguió bailar con el absurdo sin que se pisaran los pies. Y qué baile, pensó Lourdes. Qué baile.

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