19 de noviembre de 2013

HISTORIAS IRREALES EN LA PLAZA REAL. SEBASTIAN


Sebastián era un chico de rituales raros. Cada día, y sin faltar ninguno, de camino al trabajo daba cinco vueltas alrededor de la fuente, si empezaba una frase con la vocal "a", tenía que terminarla con la misma vocal, aunque perdieran el sentido. Si quería besar a alguna chica, antes de hacerlo, echaba un suave suspiro en su hombro derecho. Si quería decir que no a una petición,daba las gracias en vez de disculparse. Sus parpadeos siempre tenían que acabar en número par, y las sonrisas deberían durar, exactamente, 5,3 segundos de reloj. Sebastián era un chico extraño, pero adorable a su manera. Aun así, la mayor de sus manías era la de aceptar la opinión de todos como la única y verdadera, sin permitirse descubrir su propia verdad. Quien le diría que algún día tendría las suyas propias como manía hacia los que no decían más que tonterías. Porque según Sebastián, el mundo estaba lleno de tontos.

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