5 de noviembre de 2013

HISTORIAS IRREALES EN LA PLAZA REAL. EL LUTO


Fue el luto más importante que se pudo haber guardado. Un luto que nos cambiaría a todos, pero que no cambió nada. Tratamos de convencer al Sol de que se apagara durante un día completo. Al oír nuestra historia, lo hizo sin apenas rebatirnos nada. Por ende, la Luna se quedó sin luz de Sol que reflejar, y calló con nosotros. Las estrellas se solidarizaron con la causa, y desaparecieron. La noche se volvió oscura, a juego con nuestros corazones. Durante esas 24 horas, no ocurrió ni un solo robo. El mar apenas se movió. Nadie soltó ni una sola palabra. Ningún beso fue dado. Simplemente callamos. Al día siguiente, cuando volvió a salir la luz, todos nos sentíamos grises, apagados. Queríamos vivir en la oscuridad y desde entonces no volvimos a sentir la luz o el calor en nuestra piel. El último ser humano moriría aquella misma noche.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.