Su plan parecía perfecto, y efectivamente, consiguió escapar de la plaza sin dejar más rastro que media docena de cadáveres y varios heridos. Sólo hubo una posibilidad en la que incomprensiblemente no había pensado: que una turista pudiese tomar una foto en la que se le viera apuntalado en la ventana, justo antes de empezar a disparar.
7 de febrero de 2013
HISTORIAS IRREALES EN LA PLAZA REAL. TIRADORES
Su plan parecía perfecto, y efectivamente, consiguió escapar de la plaza sin dejar más rastro que media docena de cadáveres y varios heridos. Sólo hubo una posibilidad en la que incomprensiblemente no había pensado: que una turista pudiese tomar una foto en la que se le viera apuntalado en la ventana, justo antes de empezar a disparar.
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