18 de diciembre de 2010

LA CALLE NO ES TONTA

Hace unos meses, las calles de Barcelona se llenaban de reproducciones de obras del MNAC, Museo Nacional de Arte de Catalunya. Nice try, pero no hay más que ver la foto para ver que a aquello le faltaba alma.
La tiranía del concepto museo mezclada con la tiranía de las ordenanzas municipales habían impuesto un marco de cartón pluma para los cuadros y un soporte con formato señal de obras, además de los consiguientes logos y letra pequeña.
Nunca vimos a nadie mirando ninguna de esas obras, colocadas, eso sí, en las principales calles de la ciudad. Se trataba de publicidad con pretensiones de otra cosa, y la gente pasa mucho de la publicidad que invade su espacio por mucho que pague por ello y sea legal.

Poco después, quién sabe si inspirado por esta campaña, quién sabe si por pura casualidad (no es relevante para nuestro comentario), un joven artista callejero desconocido llamado Sidi Medici colocó famosas obras de museos de todo el mundo en las calles de la ciudad.
Casi el mismo concepto: colocar cuadros de museo en la calle.
Una ejecución con muchos menos recursos.
Y sin embargo, un resultado mucho más redondo.
Hoy, Sidi Medici realizó su segunda instalación callejera en nuestro barrio, y tuvimos la suerte de disfrutarla lo mismo que muchos de los que pasaban por ahí.
Las fotos tomadas a primerísima hora de la mañana así lo demuestran.

Si el arte ha de ocupar la calle (y que lo haga, por favor), tendrá que hacerlo con el lenguaje de la calle. Y si se trata de publicidad, mejor no intentar disfrazarla de arte.
La calle es sabia.

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