Directamente del corazón de un bosque de hayas nos ha llegado un pequeño pino.
Y junto a él, una felicitación.
Nada casualmente ha llegado mientras nosotros estábamos reunidos.
Qué ilusión.
Carlitos nuestro gran maestro jardinero ha tomado cartas en el asunto y se ha puesto manos a la tierra.
Procuraremos que se sienta como en casa.
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