Tenemos la firme convicción de que la vida útil de las cosas es mucho más larga de lo que su etiqueta de caducidad o las costumbres dicen. Ni las personas dejan de ser útiles cuando se jubilan, ni las cosas han de convertirse en trastos cuando a nosotros ya no nos son útiles.
El gran culpable de habernos contagiado esta idea es Carlitos, amante del trueque, del intercambio, de la cesión y el regalo, de la compraventa de cosas segunda mano y de todo tipo de transacciones poco convencionales.
Él dice que su afición nace en sus tiempos de nerd en los ochenta, tiempos del intercambio de programas en floppis con licencia freeware, shareware, beerware y muchas otras versiones del intercambio entre particulares sin ánimo de lucro (ha prometido que un día hará una recopilación de sus intercambios más sorprendentes, incluidos su apuntes del instituto de radiotelevisión, sus diskettes de viejos programas o los mil chismes comprados, usados y luego vendidos en eBay).
El caso es que hoy hemos trocado un par de maletas que nos regaló Marimar la hermana de Carlitos cuando inauguramos La Casa. Llevábamos semanas pensando qué hacer con las maletas que ya no cabían en la biblioteca y no sabíamos cómo usarlas.
Así que tomamos la decisión de anunciarlas en eBay con opción de cambio por otra cosa.
El resultado es que se han convertido en un puzzle de Star Wars que nos entretendrá mientras lo construimos y posiblemente acabe convertido en cuadro (si somos capaces de ponerle una sonrisa a Darth Vader, claro).
No nos hemos desecho del regalo de Marimar; lo hemos convertido en otra cosa que sigue sirviéndonos y quién sabe si algún día continuaremos la mutación.
Las cosas están vivas, se hacen, se usan, se rompen, se arreglan, se regalan, se cambian, se truecan, se restauran... y vuelta a empezar.
Anabel está encantada con el trueque (ya nos contará su íntima relación con Star Wars).
Rena y Anabel manos a la obra con el puzzle que todos pensábamos que iba a ser más, mucho más complicado. Son sólo 400 piezas tamaño dedo gordo de pie gordo.
Rojo sobre rojo. ¡Nos gusta esta trilera!
Anabel está encantada con el trueque (ya nos contará su íntima relación con Star Wars).
Rena y Anabel manos a la obra con el puzzle que todos pensábamos que iba a ser más, mucho más complicado. Son sólo 400 piezas tamaño dedo gordo de pie gordo.
Rojo sobre rojo. ¡Nos gusta esta trilera!
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