20 de septiembre de 2010
REFLEXIONES CERDAS. 002. LA UNIVERSIDAD A LA BOLOÑESA
Este año no seremos profesores en la universidad.
El Plan Bolonia mezclado con la crisis parece que ha sido la excusa perfecta para hacer una enorme limpieza de profesores asociados en la UPF.
En tres años dentro de la estrutura de la universidad nunca llegamos a entrar en su dinámica ni a comprender bien su funcionamiento. Lo nuestro ha sido compartir experiencia con los chicos y poco más, aunque la rigidez de la universidad nos haya obligado a poner fechas a exámenes que nunca hicimos y a crear un programa en catalán con bibliografia incluida.
Desconocemos la profundidad del nuevo modelo de universidad que propone "lo de Bolonia", pero suena mal. Menos duración de la carrera que obligará a los chicos a complementar su formación con carísimos y casi siempre inútiles másters.
Parece que ahora más que nunca tiene sentido el consejo que muchas veces hemos dejado caer en clase: "dejad la universidad y perseguid lo que realmente os apasione, montad vuestro propio proyecto o salid a aprender inglés mientras vivís la vida, que es la gran escuela".
Para sacarse un título en la universidad siempre hay tiempo. Nosotros, para contentar a nuestras mamás, acabamos la carrera con 30 años, y lo ilustra mucho mejor Steve Jobs en su famoso discurso en Standford, discurso que casi todos los alumnos conocen pero que muy pocos se aplican.
Para nosotros es una lástima. Le habíamos cogido cariño a la universidad pública y a nuestros queridos empollones de la UPF (los chicos y chicas de nuestras clases de Dirección de Arte tienen una nota media de 9 y unas enormes ganas de hacer cosas).
Llevamos tiempo pensando en nuevas formas de compartir nuestra experiencia con los que empiezan, visto que los modelos que conocemos nos parecen pobres. Y decimos nuevas formas aunque quizás haya que pensar en recuperar las formás clásicas, la Academia griega con clases al estilo de las Hipatia en el Ágora de Amenábar (por cierto, otro rebotado de nuestra misma facultad).
Al final la enseñanza, especialmente la de las ciencias sociales, debería ir de profesores que inspiran con experiencias y alumnos con hambre de aprender. El resto, decanatos, departamentos e incluso los títulos, deberían estar en segundo orden.
Por cierto: el ingrediente básico de la salsa boloñesa es la carne picada. Esperamos que la receta no sea premonitoria.
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PIGTURE: "Càrniques Gràfiques" de Andreu Balius para adicciones porquesí
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Pues que pena.
ResponderEliminarNooooooooo.
ResponderEliminarPena no.
Todo tiene sentido y todo sirve para algo. Esto nos llevará a nuevos lugares que molarán.
:-) :-)
Sí, quiero publicar un comentario aunque no sé muy bien qué decir. Lo que tengo claro, que antes no lo tenía, es que la univeridad no es tan mala, es más, es buena, enriquece mucho pasar por ella, evidentemente hay malos y buenos pero la filisofía, e incluyo la famosa Bolonia, es buena, ahora , entenderla y aplicarla bien o mal es otra cosa, como todo en la vida. Habrá decanos, catedráticos, doctortísimos... que no aportan nada y viven alejados de la realidad, también hay directores creativos que responden a esta descripción, pero hay muchos que enfrascados en el estudio tienden lazos entre todas las ciencias y las disciplinas que rodean a la publicidad o como se le quiera llamar hoy en día, y si se hiciera un poco de caso a sus escritos quizás los profesionales de la comunicación irían igual o casi igual de rápido que el mundo de ahí fuera. Como se dice en ese entorno, generan conocimiento y eso siempre es importante.
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