Asomados a nuestro balcón vemos las nuevas luces de navidad que han estado en prueba estos días y que este finde de puente seguro lucen a pleno gas (o plena electricidad para ser más precisos).
parece que estas navidades el ajuntament y los comerciantes han decidido iluminar las calles de Barcelona a tutiplén. ¡Muchas luces en muchas calles! ¡Fiesta!
Estamos sorprendidos porque después de 9 navidades en esta ciudad dicen que esta será la navidad más iluminada que hayamos visto en Barcelona (seguirá sin tener nada que ver con Londres, Nueva York o nuestro Madrid, claro).
El caso es que llevamos semanas viendo como las calles se llenan de adornos con leds, que consumen muy poco (imaginamos que alguien ha hecho cuentas del ahorro energético teniendo en mente el supercoste de comprar estas nada baratas luces)*
Suponemos que tanta luz es para animar a la gente y al comercio.
Puede que también sea una revancha ante las críticas a los carísimos árboles ecológicos del año pasado. Puede que este año dejemos la contención y Barcelona se suelte un poco el pelo (sin pasarse, tu!).
Que corra la luz.
Que se llenen las calles de alegría.
Que todo el mundo consuma.
Que no decaigan los ánimos.
* Hay una corriente de pensamiento entre gentes preocupadas por el medio ambiente diciendo que a veces caemos en la paradoja de sustituir unas tecnologías por otras en pos del ahorro energético, sin darnos cuenta de que eso supone un desperdicio de recursos ya existentes.
Lo ilustran con los coches. Según ellos, como parece que nuestra sociedad no es capaz de prescindir del coche, más que ponerse a producir millones de coches eléctricos con todo lo que eso conlleva, habría que plantearse usar los millones de coches viejos que existen y no producir ninguno más. Aunque esos viejos coches consuman mucho más, evitarán el gasto energético y de recursos de fabricar milones de coches "ecológicos". Interesante disrupción, ¿verdad?
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