Como ya contamos en otro post, hace tiempo MUJI nos trajo una bolsa llena de sus productos míticos.
Uno de ellos fue su premiado reproductor de cedés de pared.
Tras la complicada elección de dónde colocarlo, dejamos que Elena y Jordi lo probaran.
Los chicos estuvieron muchos minutos buscando cómo se le daba al play, hasta que cayeron en la cuenta de que debían abandonar su punto de vista de nativos digitales en favor de la lógica simple de MUJI.
El play se hace tirando del cable, como en las lamparas de mesilla de noche de antaño o como cuando se tira de una piñata; sólo que en este caso no caen caramelos sino melodías.
El MUJIchisme nos recordó a todos que existe una cosa llamada CD, un objeto diseñado para almacenar canciones y que se guarda en cajas cuyo destino es el de llenar las estanterías de nuestras casas.
Los mp3, "la nube" y los mil espotifais e internet radios que existen tienen al cedé en retirada.
En palabras del escritor nocillero Agustin Fernández Mallo, "el CD será visto en el futuro como un purgatorio entre el vinilo y el iPod".
Por eso, en el blog de La Casa hemos decidido dedicar de vez en cuando un apartado al "cedé" y junto con nuestro reproductor molón ir trayendo aquellos candidatos a posavasos que aún tenemos criando polvo en nuestras casas.
Los discos, eso sí, deben ser originales. El único motivo por el que un CD aún tiene algo de sentido es por su cubierta y diseño tocables, así que traer un cd copiado con el título en rotulador pues como que no.
Esta sección dedicada al cedé empieza con Russian Red y su I love your sunglasses, uno de los 5 cedés que Elena tiene en casa.
Tiene un look&feel de invierno que pega con el frío que se ha instalado en la ciudad, y contrasta con la dulce voz indie-folk de Lourdes Hernández y el softone de la portada.
¡Que guay entrar a La Casa escuchando su versión de "Girls just wanna have fun"!
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