CRÓNICAS PARA EL CDEC DESDE EL BALCÓN DE LA CASA

El Club de Creativos nos ha ofrecido escribir todos los viernes en el blog de su flamante nueva web aún no colgada.
Y aquí estamos.
Desde luego no hablaremos de publicidad (hace mucho que nos quitamos de eso).
Hablaremos de la vida mientras la vemos pasearse por debajo de nuestro balcón.

Aquí la primera crónica


DESDE EL BALCÓN DE LA CASA DE CARLITOS Y PATRICIA

Aquí estamos, en un soleado día de otoño en Barcelona, apoyados en la barandilla de uno de nuestros balcones mirando como pasa la vida delante de nosotros. Aunque en La Casa sólo está permitido fumar en fiestas, eventos y ocasiones especiales, Patricia está fumando. A fin de cuentas, este rato es un rato especial.

Hace muchos años, allá cuando empezamos a trabajar en agencias de publicidad en Madrid, iniciamos una costumbre que hemos mantenido. Cuando un brief se atascaba, o cuando sentíamos ese nosequé dentro de las paredes de la agencia de turno, nos largábamos a la calle. Nuestro lugar preferido era la Gran Vía de Madrid, cerca del Madrid Rock y de Doña Manolita, antes de que allí mismo se mudara la Señora Rushmore. El ritual era sencillo: encontrar un buen banco (al sol o a la sombra, dependiendo de la estación del año) y ver pasar a la gente.

En Ámsterdam y en Londres seguimos manteniendo esa costumbre, aunque especialmente en Londres, hacerlo era de cajón: allí más que en ningún otro lado del mundo, la calle es pura inspiración.

El caso es que en los siete años de agencia en Barcelona, perdimos un poco esa costumbre. La agencia estaba muy lejos del centro y de la vida, y daba mucha pereza bajar “al centro” si luego había que volver.

Así que hace dos años, cuando empezamos a buscar lugar para la primera oficina de Carlitos y Patricia, tuvimos claras dos cosas. La primera, es que el lugar no se sintiera como una oficina. Ni somos una agencia de publicidad, ni queremos que el espacio de trabajo sea exclusivamente un espacio de trabajo. Así es como llegamos a La Casa, un lugar en el que se trabaja (mucho, todo sea dicho), pero en el que ocurren otras cosas: exposiciones, charlas, comidas, sesiones de fotos, showrooms y cualquier cosa que nos mezcle con las muchas cosas que pasan en la calle.

Pero además de buscar un espacio con el feeling de una casa, buscamos un espacio en el centro de la ciudad, en el mismo meollo. Así llegamos a la calle Portaferrissa, que es a Barcelona lo que la calle Preciados sería a Madrid.

Aurelio, nuestro conserje, dice que en los días de mayor afluencia (que son la mayoría, bien sea por rebajas, bien por navidades, por las oleadas de turistas agosteños o por alguna de las mil fiestas populares que celebran los barceloneses) por la puerta del número 25 de Portaferrissa y por debajo de nuestros balcones, pasan más de 3.000 personas por hora.

Así que este será nuestro lugar de inspiración para los posts de los viernes. Saldremos al balcón, miraremos la vida pasar, y con toda seguridad aparecerán palabras e historias que contar. Tenemos 4 balcones, así que si algún día buscáis un lugar relajado desde el que ver pasar la vida, no tenéis más que llamar a la puerta de La Casa. Si traéis pastelitos, siempre hay café caliente para acompañar
: – ) : – )
————
Copyleft: This is a free and NO €OST work, you can copy, distribute and modify it. Feel free to invite us to a beer if you make any money out of this.