21 de octubre de 2009

PATRICIA MUERDE EL METAL Y OTRAS CONSIDERACIONES METÁLICAS


Este que muerde Patricia puede que sea uno de los premios-estatuillas con menos fama que han pasado por nuestras manos.
Pero desde luego, es uno de los más chulos. Es el gato de lineas estilizadas y material noble de la estatuilla que le dieron a Patricia por ser jurado de los premios de La Luna de Valencia (otro día le hacemos una foto).
También es uno de los pocos trofeos que conservamos, puesto que la mayoría de los que hemos ganado, con la excepción de un precioso Grand LAUS dorado, se quedaron en las agencias donde los ganamos.

Y es que desde que empezamos esta Compañía de Ideas que no agencia llamada Carlitos y Patricia, llevamos dos años sin presentar piezas a festivales y concursos.
Los concursos, cuando los ganas, son fantásticos. Nos han dado muchas noches de fiesta y alegría. Han servido para recibir el cariño y respeto profesional de muchos compañeros y para calmar la terrible bestia de la inseguridad creativa. Además, en las agencias en las que estuvimos sirvieron para estimular el buen trabajo y posiblemente, para lucir delante de algún cliente con gusto por lo creativo.
Pero vistos con algo de perspectiva, los concursos y festivales podrían verse como la "lotería de los creativos" y como una droga para los egos. Hay mucho de suerte y de conjunción cósmica en esto de los premios. Y cuando esos factores no juegan a tu favor y tu trabajo no es premiado, los premios son una fuente de frustración (pasajera, pero frustración). Además, incluso intentando justificar los premios desde el prisma de la publicity y la generación de clientes, los premios son un gran despilfarro económico.

"Awards are badges of mediocrity" es una frase de alguien cuyo nombre no recordamos, que posiblemente estaba frustrado al no ver premiado un trabajo, pero que esconde mucha sabiduría. Las cosas demasiado fuera de lo normal y las demasiado adelantadas no suelen ganar los premios.

Este año quizás enviemos alguna pieza a algún concurso, aunque con toda seguridad no será a concursos de anuncios (siempre nos hubiera gustado ganar un premio en naming, o uno en identidad corporativa, y por supuesto aspiramos a un titanium, que es bastante más que un chiste en un anuncio).
El caso es que desde hace ya mucho entendimos que el gran premio de verdad, ese por el que merece la pena seguir mimando el detalle en el día a día, es el premio del reconocimiento de la gente de la calle al trabajo que has hecho pensando en ellos. El Golden Lion es que tus ideas (siempre buscando la excelencia creativa y conceptual) lleguen a la gente y consigan el objetivo para el que fueron pedidas y pensadas.

Por eso nos hemos puesto muy contentos por las tres felicitaciones que hemos recibido por el Gran Premio EFI que acaban de otorgar a IKEA por la campaña Bienvenido a la República Independiente de Tu Casa.
Los tiempos de agencia en los que participamos en aquella campaña quedan algo lejos, pero queda demostrado que el buen trabajo, como las buenas acciones, siempre vuelven.



(en realidad, este post quería hablar de la idea absurda que surgió hoy en La Casa de hacer una colección de estatuillas y premios de publicidad, diseño, comunicación y similares; no, no se trata de ganar esos premios, se trata de conseguirlos por intercambio, compra, robo o donación, y colocarlos en una de las muchas estanterías que aún tenemos libres en La Casa. Así que desde ya, aceptamos donaciones para añadir a nuestra raquítica colección de estatuillas formada por el mencionado Grand LAUS y por la estatuilla de La Luna que inició este post. ¿Alguien quiere cedernos un AMPE con su gorda tocando la trompeta?)

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