Este es un post sin foto.
Patricia ha estado de jurado de publicidad en radio de los Premios Ondas que organiza la Ser, y ese es el reino de las palabras y los sonidos.
Como siempre, ser jurado fue una experiencia enriquecedora en la que se aprende de las opiniones y posiciones de los miembros del jurado.
Se juzgaron 34 campañas de radio inscritas y ha costado un mundo decidir quiénes serían los ganadores de la mejor campaña de radio, la mejor cuña y el mejor equipo creativo.
No había acuerdo con lo que se buscaba, quizás porque lo que algunos creían importante premiar los otros no lo veían relevante.
La publicidad en radio sufre de una enfermedad desde hace años.
No hay ideas nuevas. No hay innovación. No hay inspiración. Hacer una cuña da pereza.
Escuchamos las mismas voces, escuchamos las mismas cuñas chistosas, escuchamos los mismos trucos que funcionan. Y Gomaespuma sigue ahí.
El medio es mágico, y los buenos programas, que abundan, permiten mostrar sin usar los ojos y captar la atención sin necesidad de gritos. Pero, sin embargo, cuando llega la hora de usar la radio para vender y hacer marcas, nada ha cambiado desde los tiempos de Elena Francis (bueno, quizás haya ido a peor, a mucho peor).
¿Será que los que crean y aprueban las campañas no ven la necesidad de innovar?
¿O serán las propias radios las que siguen en otro siglo y en otro milenio y les es igual lo que les cuelen en sus espacios publicitarios con tal de que paguen?
El mundo está cambiando y muchos medios aun no se han dado cuenta. Pobres.
(va por ti, andrés montes; en la radio te hiciste grande)
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