13 de marzo de 2009

UNO DE ESOS DÍAS

Ayer fue un día raro. Raro en el sentido que las cosas, aunque fuera por pocos milímetros, no encajaban. Era como si los colores hubieran decidido dejar de seguir su Pantone (o pantonario, o como se diga. Soy de letras). Los días raros suceden, son casi inevitables. Pero tienen que servir para dos cosas: para no relajarse, y para ser aun más consciente de disfrutar el resto de 99,4% de días en los que todo parece funcionar, que son los buenos.

Buenos días!

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