25 de febrero de 2008
"SE VENDE VOTO" (EL PERIÓDICO DE LA PUBLICIDAD)
Partido de Poetas, Putas y Pintores (PAPOPUPI).
Partido por la Integración Sudaca (P.I.S.).
Partido del Inquilinato Barato (PIB).
Partido Colaborativo Para Alcanzar Sueños (PC-PAS).
Partido Pro-Perrocarril (PProP).
Partido por la Igualdad Sexual (PIS) - no confundir con el P.I.S. mencionado anteriormente.
Desde hace años en nuestros workshops con alumnos de aquí y de allá planteamos un ejercicio que consiste en la creación de un partido político con posibilidades reales de entrar en el parlamento. Les damos un par de horas para ello (incluida media hora para salir a la calle a inspirarse). Cada grupo expone su ideario político, su slogan si lo tiene y, finalmente, pide el voto. Acto seguido, todos votamos. Las formaciones políticas antes mencionadas son algunas de las que los chicos crearon este año. Ganó el PIB, un partido centrado en un problema real de la calle cuyo lema era "tener techo es un derecho" o algo así.
Hay poco parecido entre este ejercicio de ideas y la política real. Empezando por las siglas de nuestros grandes partidos, que han perdido por completo el significado que alguna vez pudieron tener. El PSOE dista bastante de ser "obrero" y el PP es "popular" sólo para una mitad del electorado. Las palabras falange y comunista deben sonarle a un veinteañero tan poco como el Amstrad o las Nancys. Con algunas excepciones, el nombre de un partido político es un simple logotipo y poco más. Y lo peor es que la misma indefinición muestran las propuestas de los partidos: si nos atenemos a las formas y a las promesas, muchas veces no queda claro quién es "de derechas" o "de izquierdas". Mírese como ejemplo la posición de los partidos en el tema del canon digital y se entenderá de lo que hablamos.
Además, las propuestas que se salen de lo de siempre han sido devoradas por el bipartidismo global que poco a poco se impone también por estas tierras. Es como si la política de nuestro país se estuviera convirtiendo en una versión cañí de las guerras Coca Cola vs. Pepsi. Muchas veces la única diferencia entre partidos está más en la forma que en el fondo, en el cómo que en el qué. Las ideologías políticas se diluyen cual alkaseltzer. Sólo cuenta el voto.
(Desde aquí, y para no caer en la trampa del tono de voz meloso y la sonrisa profidén de los candidatos, recomendamos encarecidamente la lectura de los programas electorales de los partidos antes de votar, aunque casi nadie lea ya ni los prospectos de las medicinas).
Limitándonos a los dos partidos que tienen dinero suficiente para saturarnos con sus campañas (no nos engañemos, con ese montón de dinero invertido en comunicar y generar opinión, muchos partidos también estarían mucho más cerca de gobernar, incluido el PAPOPUPI), queremos felicitar a rushmore por haberle sacado unas buenas fotos de campaña a nuestro soso presidente. Y tirar de orejas al responsable de que al bueno de Rajoy le hayan aplicado tanto photoshop en sus retratos que el hombre parece haber pasado por las manos del cirujano de alguna famosa. En todo caso, a lo largo de una campaña que como esta lleva muchos meses en marcha, las cagadas y aciertos se reparten por todos lados.
En realidad, en esta campaña parece que importa más demostrar qué partido es más 2.0 o quién lleva una corbata más adecuada en los debates televisados, ese fenómeno que ha explotado en estas elecciones para solaz de los shares y de los asesores de imagen. Sea como sea, demos la bienvenida al siglo XXI a nuestros partidos políticos. Gracias por empezar a enterrar la transición con su pana y su caspa. Si en la anterior campaña fueron los socialistas con su marca ZP quiénes dieron un paso adelante hacia a una nueva manera de comunicar en política, este año ya tenemos a todos nuestros partidos actualizándose y usando todas las armas que la comunicación y el marketing han puesto durante años al servicio de las marcas: Llamazares y su avatar en Secondlife; Rajoy llamándote al móvil... Serán los mismos mensajes de siempre, pero al menos, molan más.
Quizás el gran logro de esta "nueva era de la comunicación política" acabe siendo el de atraer el voto de los chicos y chicas de la era del chat, el SMS y el youtube. A la generación de nuestras madres y abuelos ya no se les cambia el voto ni que les tripliquen las pensiones, y a nosotros... a nosotros, en vez de ir a votar seguirá tentándonos el irnos de fin de semana a cualquier lugar para aprovechar los primeros rayos de primavera. O el poner nuestro voto en venta en ebay al mejor postor.
hello@carlitosypatricia.com
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