Clavadito en el alma lo tenía. Lo único que pidió cuando tenía 8 años era un rascador de espaldas y en vez de eso sus padres le regalaron la granja de Playmobil. ¡Pero si él no quería esa porquería! Su mayor ilusión era aquel rascador y un calzador de zapatos. Pues nada, venga a regalarle bicicletas, scalextric, videojuegos, hasta un pony le cayó unas navidades. Pero del rascador ni rastro. Ni sus futuras novias, ni sus futuros hijos quisieron regalárselo jamás, a pesar de que año tras año él pedía exactamente lo mismo. El pobre tuvo que irse a un bazar chino para comprarse el condenado regalo, que muy a su pesar sólo lo hacían con purpurina rosa y luces a ritmo epiléptico. Qué remedio, se consolaría con el crucero que su mujer le había regalado este año. Otra vez.
18 de noviembre de 2015
HISTORIAS IRREALES EN LAS RAMBLAS. UN HOMBRE SENCILLO
Clavadito en el alma lo tenía. Lo único que pidió cuando tenía 8 años era un rascador de espaldas y en vez de eso sus padres le regalaron la granja de Playmobil. ¡Pero si él no quería esa porquería! Su mayor ilusión era aquel rascador y un calzador de zapatos. Pues nada, venga a regalarle bicicletas, scalextric, videojuegos, hasta un pony le cayó unas navidades. Pero del rascador ni rastro. Ni sus futuras novias, ni sus futuros hijos quisieron regalárselo jamás, a pesar de que año tras año él pedía exactamente lo mismo. El pobre tuvo que irse a un bazar chino para comprarse el condenado regalo, que muy a su pesar sólo lo hacían con purpurina rosa y luces a ritmo epiléptico. Qué remedio, se consolaría con el crucero que su mujer le había regalado este año. Otra vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.