Se odiaron desde que nacieron. Cuando su madre los acostaba juntos en la misma cuna, más de una vez se los encontró intentando ahogarse mutuamente o dándose una paliza con los ositos de peluche. Era un absoluto odio de gemelos desde que el esperma fue esperma, y cuando por fin pudieron abandonar el hogar paterno para no verse nunca más, cada uno tiró por su camino jurando no dar señales de vida. Pero el caprichoso destino y el malvado Wallapop quiso que volvieran a encontrarse por la mísera compra de un Cd de Rocío Jurado. Simularon cordialmente no conocerse, y al darse la mano cada uno puso su menos sutil cara de asco y repugnancia. Puag! por partida doble.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.