Había ocurrido. Les habían desalojado de la fuente por ser unos malos inquilinos. Tantas fiestas con Shakira, tanto repetir la escenita de Friends, y tener que recoger todas las mañanas céntimos que los turistas le tiraban al confundirles con mendigos, había sido la gota que colmó el vaso. O mejor dicho, la fuente. ¡A tomar aire! Pero como se suele decir a vox populi, un desalojo, una ocupación. Y puesto que ya se habían acostumbrado a eso de estar en remojo, decidieron mudarse a la Fontana di Trevi.
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